Me referiré rápidamente al reportaje de Carlos Dada, sobre las declaraciones del criminal Alvaro Saravia, aparecido esta semana en El Faro.net , puesto que no hay casi nada nuevo que se venga a agregar a lo que ya se conocía sobre el asesinato de Monseñor Romero.
*por Reyzope para el blog El Trompudo
Los archivos desclasificados por la CIA y sus revelaciones en lo referente al caso, no hacen más que confirmar lo que dicen, pues el autor intelectual del crimen, tal como lo mencionan esos archivos desclasificados, fue Roberto d'Abuisson, con el financiamiento y el apoyo logístico de ricos empresarios y la ejecución directa de los que ya se conocen, desde Fernando Sagrera hasta el mismo Capitán Saravia.
Y el crimen contra Romero no fue el primero ni el último. Operación Centauro era el nombre código para el plan de eliminación física de personal religioso que estuviera bajo sospecha severa de colaborar con las guerrillas salvadoreñas. El proyecto implicaba a los salvadoreños de siempre, además de agentes cubanos radicados en Miami y al embajador de Venezuela en El Salvador, Leopoldo Castillo, de quien se ha dicho que era la fuente de los servicios de inteligencia que identificó a las víctimas.
Hay dos cosas un tanto interesantes en las declaraciones de Saravia:
1-Saravia nunca menciona la participación de ningún militar argentino en el asesinato de Monseñor Romero. Curioso, pues en un principio se hablaba de un francotirador nicaragüense, ex-miembro de la extinta Guardia Nacional somocista, como el ejecutor del crimen. Las versiones cambiaron hasta detenerse, últimamente, en el señalamiento de un militar argentino como el asesino que disparó contra Romero. Yo no me trago la historieta del guardia al que se le pagaron mil colones. Por qué? La importancia de la operación hacía que limitaran la participación a elementos dirigentes.
Acaso con esto siempre se trató de encubrir al Dr. Antonio Regalado, notorio escuadronero y asesino patológico, antiguo responsable de la seguridad de la Asamblea Legislativa? Cabe mencionar que Regalado es, o fue, considerado como el mejor francotirador de la época.
2-En fin, las declaraciones de Saravia aportan pocos elementos nuevos. A mi gusto, están llenas de esquivamientos y les falta contundencia. Miedo? Talvez.
Sin embargo, se confirma la participación de todos los personajes ya conocidos en esta historia. Si antes se conocían por archivos desclasificados y reportes de la Comision de la Verdad, lo nuevo en todo esto es que uno de los participantes del asesinato, Saravia, incrimina a sus complices, a todo un grupo de personalidades públicas en este asesinato. Sus cómplices indirectos, gente que aún tiene participación en la cosa política y económica, tales como Luis Escalante, Arturo Muyshondt, hermanos Salaverria, Roberto Edgardo Daglio y el director de El Diario de Hoy (grupo de los seis de Miami, según la CIA). Entonces, estos ya no son simples rumores, y las declaraciones pueden ser utilizadas como prueba en una eventual investigación y juicio que se inicie, si se quiere, para deducir responsables.
Y el tiempo apremia. Recordemos que muchos de los involucrados ya están muertos o los han "suicidado", como le ocurrió al Capitán Avila, que "se pegó" dos balazos, al muy estilo Chele Torres. Mal paga el diablo a quien bien le sirve. Sino miren la situación de este asesino que vive en la constante paranoia de que lo ejecuten.
La mesa está servida para el presidente.
Antes que nada, unas interrogantes que me hago: cómo pudo un simple periodista, y no el FBI, dar con el paradero de un hombre buscado por la justicia estadounidense? Provoca sospechas y, ultimadamente, risa!
Si bien es cierto que a Saravia se le busca para deportación de los EEUU, tambien hay que mencionar que tiene juicios civiles pendientes y otros ya perdidos en ese país.
Acaso no debería colaborar el periodista con las autoridades en la ubicación y captura del criminal? Tiene algún código de ética profesional que le impida hacerlo?
Bueno, decía que la mesa está servida para que el presidente Funes inicie cuanta investigación quiera hacer, tal como lo prometió en septiembre del 2009, para resolver el caso del asesinato de su...inspirador espiritual.
Claro, pero tambien conocemos los cambios de posición y la condición moral de este presidente, por lo que deduzco que esas valiosas declaraciones -ricos elementos de prueba- de uno de los criminales de Monseñor Romero, sólo quedarán en la historia como "simples declaraciones".
A pesar de las "pitas de donde se pueda jalar", con este presidente que ya declaró que NO VA A PROCESAR A LOS CORRUPTOS, considero que menos actuará en este grueso y espinoso caso donde hay muchos poderosos mezclados en el magnicidio.
Lástima por la Verdad. Lástima por el pueblo que clama Justicia!