¡UNETE YA!

16 may 2010

LOS RICOS JUEGAN AL POKER Y LOS TRABAJADORES PIERDEN LA PARTIDA

Tras más de dos años en crisis profunda, el capitalismo aún busca su “refundación”. Aquellos que, como El Salvador, necesitan la recuperación de las grandes potencias, tendrán que seguir esperando.

*por Fernando de Dios para ContraPunto

La crisis no ha pasado. Y no parece que vaya a pasar pronto. Es la percepción de economistas expertos al ser preguntados por las turbulencias que asolan a las bolsas mundiales, agravadas en las últimas semanas.

El pasado jueves 6 de mayo, el índice Dow Jones de la Bolsa de Nueva York vivió una jornada de infarto. Pasó de perder poco más de un 2 por ciento a perder el 9,2 por ciento en una hora. Durante 20 minutos se suspendieron cotizaciones de varios de los principales valores.

En una hora, se habían volatilizado casi un billón de dólares, equivalentes al Producto Interno Bruto (PIB) de México.

El desplome

La caída era mayor que la que se produjo en octubre de 2008 tras la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers, que dio paso a la peor la crisis financiera mundial desde el Crack del 29.

Finalmente, el índice Dow Jones logró recuperarse y cerró la sesión con una pérdida relativamente pequeña de un 3,21 por ciento.

Al otro lado del Atlántico la situación fue peor, aunque no tan espectacular. Las bolsas europeas cerraron la semana pasada con caídas acumuladas que acabaron con el repunte logrado a lo largo de los primeros meses del año. El IBEX 35, el principal índice de la Bolsa de Madrid, cayó un 14 por ciento acumulado en la semana, con el martes 4 de mayo como día más negro, en que cayó casi un 6 por ciento.

Esta semana, tras abruptos vaivenes, las bolsas europeas han cerrado cayendo de nuevo fuertemente. El euro está en su nivel más bajo frente al dólar en cuatro años. Por un euro se paga 1,23 dólares.

Analistas citados en distintos medios internacionales identifican como causas de estas caídas la incertidumbre y el miedo. Son, por tanto, movimientos irracionales, si nos atenemos a estos análisis.

De hecho, la hora de caos del jueves en la Bolsa de Nueva York fue provocada, según se publicó el viernes en los principales medios económicos, por un fallo en una orden de venta de un operador en Chicago, propagado a la velocidad de la luz por las supercomputadoras que hoy manejan los mercados de valores.

“Son cuentos de camino”, afirma el economista salvadoreño, consultor internacional y doctorado en economía por la American University de Washington, Carlos J. Glower. Su opinión es que esa información se dio para calmar a los mercados.

Según Glower, pudo haber un fallo de un operador, pero no es suficiente para que se desplomara el Dow Jones hasta esos niveles. El verdadero problema, según el experto es la incertidumbre, que no se puede medir. “La incertidumbre afecta mucho a los mercados financieros, y con lo que ocurre en Europa hay incertidumbre porque hay riesgo de un colapso”.

El doctor en economía y profesor en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) Francisco Lazo, también identifica a Europa, y en concreto a Grecia, como el centro de todos estos miedos.

“Todos los inversionistas están temerosos. El pánico entra y las caídas son estrepitosas. El problema es el efecto dominó que puede generar Grecia” explica Lazo.

“Lo único que se necesita es alguien que diga un chisme y viene la reacción, es el efecto manada”, dice Golwer, “cuando empiezan a ver el riesgo [los inversores] y no lo pueden medir porque hay incertidumbre, entonces viene la estampida de la manada”.

La tragedia griega

En octubre de 2009, el Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) ganó las elecciones generales de Grecia y Yorgos Papandreu se convirtió en el primer ministro de gobierno heleno.

La campaña electoral giró en torno a la economía. El programa electoral del PASOK contenía medidas como incrementar la presión fiscal sobre los más ricos y la Iglesia, controlar la evasión fiscal y luchar contra la corrupción. Todo ello, decían, para crear puestos de trabajo y aumentos salariales y en las pensiones.

Pero sólo dos meses después, tras tomar posesión como primer ministro, Papandreu anunció que Grecia se encontraba a un paso de la bancarrota. El déficit público de 2009 sería el triple de lo que había anunciado el anterior gobierno conservador y llegaría al 12,7 por ciento del PIB, mientras que la deuda pública será más del 120 por ciento del PIB en 2010 y del 135 por ciento en 2011. Sólo en 2009 la deuda pública había aumentado en 80 mil millones de euros y la deuda externa sube ya al 125 por ciento del PIB o 297 mil millones de euros, casi 400 mil millones de dólares.

El Estado griego gastó dinero sin límite durante años, mientras su economía, subsidiada por la Unión Europea, crecía y aportaba ingresos fiscales. Cuando llegó la crisis y la actividad económica se paró, el Estado dejó de ingresar pero siguió gastando.

Según Carlos J. Glower en Grecia los políticos pensaron: “Tenemos el euro, somos un país rico. Podemos empezar a aumentar sueldos, el sector público puede empezar a regalar el euro”.

Así se creó la gran deuda que anunció Papandreu. Esa deuda está en poder, en su mayoría, de los bancos, que se la compraron en forma de bonos del estado. Los bancos utilizan esos bonos para operar en los mercados, da ahí que las bolsas estén tan nerviosas.

Sin embargo, los inversionistas también pueden apostar a que la situación va a ser peor. Apuestan al peor de los escenarios, a la catástrofe, a que Grecia entre en bancarrota y salga del euro.

“En la medida que han pasado las semanas y los agentes en los mercados se percatan de la gravedad del caso de Grecia, pueden estar apostando que se va a agravar aún más, es decir que el precio de esos activos van a estar por el piso, entonces éstos están interesados en que venga la catástrofe” explica Glower.

Con ello, estos agentes a los que alude Glower, los dueños del capital, podrán ir a comprar esos activos a precio ínfimo y especular con ellos para poder sacarles rentabilidad. “Un bluf de póker es lo que hay, es que el mercado es eso, un gran casino”, explica el experto.

Con estas expectativas en el horizonte, la maquinaria especulativa se puso en marcha. Lo que ocurre es que, en ese gran casino que es el mercado financiero, hay jugadores que utilizan cartas marcadas.

En octubre de 2009, las agencias de calificación Moody`s y Fitch, rebajaron el valor de la deuda griega. Estas son agencias privadas propiedad de los grandes bancos, que fijan el valor de los activos y cuyo papel en la crisis financiera ha sido cuestionado, entre muchos otros, por el Presidente de los Estados Unidos, Barak Obama,

En diciembre de ese mismo año, fue la tercera de estas agencias, Standard & Poor´s, la que rebajó el valor de la deuda griega y poco después, la agencia Fitch la dejó prácticamente al nivel de bonos basura.

Como consecuencia, los mercados de renta fija y renta variable griegos se desplomaron como un castillo de naipes. Destacan las caídas del Banco Nacional de Grecia con un 9,95%; el Banco de Pireo, con un 8%, y EFG Eurobank, con un 6,5%.

La manada de lobos

Mientras esto ocurría en Grecia, otros países europeos se situaban en la mira de estas agencias. Los más acuciados, por sus altos niveles de déficit público, son Portugal, España e Irlanda. Últimamente se está incluyendo también a Italia.

Ante esta situación, la Unión Europea comienza a ver que, finalmente, es su moneda, el euro, el que puede estar amenazado.

Líderes como la primera ministra de Alemania, Angela Merkel, el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero o el presidente de la República de Francia, Nicolas Sarkozy, declaran que se está produciendo un “ataque especulativo” contra el euro y la economía europea.

El ministro de finanzas de Suecia, Anders Borg, calificó a estos financieros internacionales que estaban apostando tan fuerte a la debacle europea como una “manada de lobos”. "Si no detenemos a estas manadas, harán pedazos a los países más débiles", dijo Borg.

Según Carlos J. Glower, esa “manada de lobos” son los grandes capitalistas, las personas y corporaciones más ricas del mundo. “Puede estar ahí George Soros, Bill Gates, los grandes bancos de inversiones, que no tienen regulación alguna”, dice Glower.

Pero los países más fuertes del euro no lo van a permitir, según opina el experto. “Si Grecia, por presiones internas, se sale del euro para emitir su propia moneda, sería muy costoso para Alemania y Francia y les sale más barato defenderlo” asegura Glower.

Y los gobiernos europeos se pusieron manos a la obra.

En primer lugar, acordaron un plan de rescate a Grecia por el que los miembros del euro, 16 países, le prestarán al país heleno un total de 80 mil millones de euros. El Fondo Monetario Internacional aportará otros 30 mil millones. Todo este dinero no es un regalo, Grecia deberá devolverlo a un interés del 5 por ciento.

En la madrugada del domingo 10 al lunes 11, tras las turbulentas jornadas en las bolsas de la semana anterior, los ministros de Finanzas de la Unión Europea y el FMI llegaron a un acuerdo para habilitar un paquete de crédito que podría movilizar hasta 750 mil millones de euros, casi un billón de dólares, para cubrir las necesidades de los socios con problemas de solvencia y defender a la moneda común.

El acuerdo no tiene precedentes. La ministra española de economía, Elena Salgado, lo calificó de “histórico”. La apuesta es fuerte. Es el bluf europeo. Y según Carlos J. Glower va a ser difícil que los especuladores lo puedan superar.

“Yo creo que para reunir esa cantidad se tienen que meter varios bancos de los más grandes, uno solo no lo va a poder hacer”, opina Glower.

Planes de ajuste

Para poder acceder a estos fondos, la Unión Europea exige a sus miembros severos ajustes para rebajar sus niveles de déficit. Grecia, para obtener esos 110 mil millones de euros, ha tenido que aprobar un plan de ajuste de una dureza inusitada.

La población de Grecia va a ver cómo su gobierno rebaja el sueldo al funcionariado, anula los aguinaldos, paraliza las inversiones públicas, rebaja prestaciones como pensiones y subsidios por desempleo, incrementa la edad de jubilación, incrementa los impuestos indirectos y privatiza todo lo que aún hoy quede en manos del Estado.

Según el profesor de economía de la Universidad de El Salvador (UES), Evaristo Hernández, con la entrada del FMI y sus dogmas neoliberales, “han puesto al lobo a cuidar de la presa”.

Según Francisco Lazo “están experimentando los programas de ajuste e intervención que el FMI ha hecho en América Latina. Las políticas del FMI, el Consenso de Washington, que ya se experimentaron en otras zonas del mundo, están llegando a Europa”.

Y han elegido Grecia como campo de pruebas, según los economistas, porque es la economía más pequeña del euro.

Durante toda la semana, otros países europeos, como España, Portugal o Francia, han anunciado sus planes de ajuste para reducir su déficit. Todos van por el mismo camino: rebajar prestaciones sociales y protección y sueldos a los trabajadores.

“La crisis es un proceso por medio del cual el salario se ajusta para restablecer rentabilidades apropiadas para los dueños del capital”, dice Carlos J. Glower, y continúa explicando que “después de que se reduzcan los salarios reales en Grecia y se restablezca una rentabilidad como quieren los dueños del capital, pueden comprar la mitad de Grecia y todas sus islas a precios de me lo llevo”.

En otras palabras, “la clase trabajadora, como en toda crisis, como pasa aquí en El Salvador ahora, es quien paga toda la factura”, dice Glower.

Tras la aprobación del plan de ajuste en Grecia, las organizaciones sindicales del país se echaron a la calle y se produjeron violentos disturbios. Tres personas murieron en el incendio de un banco en Atenas el 5 de mayo.

Los sindicatos europeos apoyan a los griegos, y su discurso está ilustrado en el comunicado hecho público por la española Confederación General de Trabajadores (CGT), en el que se pueden leer frases como éstas:

“A los trabajadores y trabajadoras de Grecia les ha tocado el premio gordo en el recorte de gasto social (…) porque hay que enriquecer a inversores privados y públicos, que han decidido que la deuda del estado griego, no vale sino lo que una basura (…) y todo esto para que los banqueros, inversores y especuladores recojan beneficios y se hagan aún más ricos y acaparen aún más, los bienes y servicios de la inmensa mayoría de la población”.

“Lo que se está incubando es una explosión social, con una cosa lamentable, que no va estar coordinada. Ojalá el movimiento popular estuviera tan coordinado como está el capital financiero”, dice Evaristo Hernández.

Las protestas no parece que vayan a tener éxito. Según opina Carlos J. Glower, “van a permitir que los trabajadores sigan corriendo en las calles de las ciudades grandes de Grecia, sale más barato eso que se hunda el euro. Es el costo-beneficio. Sí, han muerto tres personas, pero ¿qué le importa eso al capital?”.

De Europa a El Salvador

La situación de Grecia se puede equiparar a la de El Salvador en varios aspectos, según los economistas. La consecuencia más próxima es que si la crisis continúa, las economías como la de El Salvador, tan dependientes de las grandes potencias, no saldrán de su delicada situación.

“Si los mercados internacionales continúan en las condiciones que están de incertidumbre, no habrá recuperación internacional y no habrá ese jalonamiento que estamos esperando para nosotros” afirma Francisco Lazo.

Como explica Carlos J. Glower, “en Grecia ahora se dan cuenta de que vivieron más allá de lo que podían y hay que pagar las deudas, pero no tienen. Es como aquí, que se habla de la dolarización pero no hay dólares. De nada sirve una moneda fuerte si no la hay”.

Otro aspecto es la deuda. En El Salvador ya sobrepasa el 50 por ciento del PIB, y el gobierno está dispuesto para solicitar más de 900 millones de dólares en préstamos internacionales.

“Lo único que puede hacer el gobierno es endeudarse. La colocación de 800 millones que se hizo en eurobonos en noviembre fue para pagar un plazo que vencía. Estamos endeudándonos para pagar deuda y eso es insostenible” afirma Glower.

Y augura que “así como ha topado Grecia aquí tiene que topar. Ya se vislumbra porque las ventas bajaron un 40 por ciento el año pasado, y la inversión en un porcentaje similar, y si no hay inversión, ¿cómo se va a recuperar la economía? ¿Cuál es el motor de la economía salvadoreña?”.

La salvación, según el experto, es que Estados Unidos acuda al rescate. Pero supondrá un nuevo proceso de ajuste, que irá en el mismo sentido que todos, es decir, el de los recortes sociales.

“Puede suceder que Estados Unidos venga al rescate, pero se va a necesitar un plan de ajuste como el griego”, dice Glower, y añade un matiz político preguntando: “¿Y qué mejor que haga eso el gobierno del cambio de Funes?”.

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