“La violencia desbordada, alimentada por el narcotráfico, asusta. La falta de una unidad granítica gobierno, oposición, FMLN en el tema, preocupa. Solo podemos derrotarla unidos. Viene Lula aparentemente con dinero, oportunidad para capitalizar réditos políticos propios.”
El país vive uno de los momentos más complicados desde la guerra: la zozobra y sentido de impotencia que causa la violencia y el crimen, que han desbordado la capacidad del Estado, y la poca confianza que da la clase política con su actitud de aislamiento partidario en lugar de unidad sólida alrededor de este tema hacen de este momento uno de los peores de la historia reciente.
El fenómeno es complejo de resolver y quisiéramos ver más apertura y menos actitudes a la defensiva de los involucrados.
Existe la certeza de que el narcotráfico y el crimen organizado son importantes titiriteros en esta violencia, como parte de un estado regional de su salvaje negocio, que con las obscenas cantidades de dinero que maneja tiene mejor tecnología, capacidad de acción y de corromper policías, jueces, funcionarios y gente de negocios, además de comprar al hampa.
Para proteger el negocio, aquí y en todas las sociedades en que operan, para tránsito y o tráfico, incitan y fomentan el crimen mayor y menor, tanto en forma directa, utilizando pandilleros, sicarios, distribuidores y criminales de poca monta en sus actividades colaterales, proporcionan armas, inteligencia, equipos de comunicación e infiltran o ayudan a infiltrar a las diferentes ramas del gobierno que los persiguen, policías, jueces, diputados, niños, etc.
Así, mientras la sociedad se mantiene ocupada y preocupada por las extorsiones, robos, violaciones y delitos menores, acelerados por la ola de crímenes sin precedentes, tiene muy poca energía para ocuparse del negocio de traficar droga o lavar dinero que corroe al país.
El presidente ha iniciado un proceso de divulgación, que esperamos se constituya en uno de verdadera consulta y consolidación de un frente ciudadano común contra la violencia. Que los aportes de los privados o de ARENA no se vean como críticas, sino como aportes.
No se vale politizar la situación, no tiene sentido seguir con el “qué nos pueden decir si no lo pudieron arreglar en los 20 años que estuvieron en el gobierno”. La gente que ya estuvo allí tiene mucha experiencia, consejos que aportar, de los éxitos, de los fracasos, además la situación es un estadio nuevo. Hay que aprender de la izquierda chilena, que hizo tantos años de buen gobierno en Chile, sin cambiar las cosas que funcionaban, ni descalificar a priori lo que encontraron, más bien maduramente dieron continuidad y aprovecharon lo bueno, por eso está Chile donde está.
No se vale tampoco que los aportes de la oposición no sean constructivos, no se vale politizarlos. Hasta ahora así se ve el comportamiento. El ministro Melgar dijo ayer en un programa de televisión: “Nadie es dueño absoluto de la verdad, los escucharemos y pondremos en práctica lo que nos parezca bien”. Esa es la actitud correcta, escuchando de verdad, sin prejuicios ni dobles fondos de ningún lado.
No ayudan las diferencias entre el presidente y el FMLN, lo cual ya hemos comentado que no es necesariamente malo. Pero las actitudes y declaraciones de algunos dirigentes del Frente han dado lugar a especulaciones que se han hecho públicas, de que el Frente le pone cascaritas al presidente para que se deslice. Se especula también a partir de lo que se lee en blogs de izquierda que atacan durísimo al presidente, que si ellos orgánicamente o algunas de sus estructuras, fomentan actos violentos para complicar la situación.
El presidente al defender su posición duramente, debe comprender que se enfrenta con viejos zorros en la política y que en ese juego de confrontación y desgaste son más y le pueden hacer la vida muy complicada sin dejarlo hacer nada.
El Frente puede jugar dos escenarios, si Funes sale mal, ellos no son el gobierno, es culpa de Funes y sus amigos. Si sale bien, entonces se harán cargo de todas las flores.
La situación amerita un entendimiento en cosas básicas entre partido y presidente, y que sea público, asimismo en aquellas cosas en las que hay diferencias no conciliables.
Viene Lula, su gran referente, y aparentemente viene cargado de ayuda. Se anuncia la firma de varios convenios y la asistencia económica en diversos rubros. Ese será un momento para sacar grandes réditos políticos, debe aprovecharlo para fortalecerse políticamente y para incluir a los demás.
De igual manera, la asistencia debe concretarse muy eficientemente, no desperdiciar un Real de lo que se ofrezca por deficiencias de seguimiento. No es seguro que el partido de Lula continúe en el poder, entonces es más que necesario que sean compromisos bilaterales de país a país que puedan sobrevivir los cambios de administración.
*escrito por Rafael Castellanos para LPG
