¡UNETE YA!

16 mar 2010

ERRORES GRAVES EN LA CONFRONTACION POLITICA

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José Maria Tojeira, Rector de la UCA

La confrontación entre el partido FMLN y el Gobierno del FMLN está empezando a producir errores gruesos. Con mayor dimensión mediática uno y entre bambalinas el otro, nos ocuparemos hoy de las dos últimas confrontaciones, que no sólo enrarecen el ambiente político, sino que dejan prever un futuro profundamente incómodo si los propios miembros del partido y del gobierno no reflexionan y empiezan a dialogar con mayor racionalidad y honestidad.

La primera confrontación, la mediática, es la del aumento de penas a los menores infractores de la ley. El FMLN no sólo ha votado a favor del aumento de penas, contra el pensamiento del Ejecutivo, sino que se ha unido a ARENA para superar el veto presidencial.

Un erróneo oportunismo político le ha conducido a dejarse llevar por el deseo de satisfacer la frustración ciudadana. Piensan que la satisfacen con el endurecimiento de la ley del menor infractor. Llama poderosamente la atención esta actitud oportunista del FMLN, cuando sus propios diputados en legislaciones anteriores han mantenido acertadamente que el problema del El Salvador no son las leyes sino el mal funcionamiento de las instituciones y la altísima impunidad ante el delito, fruto de ese mismo mal funcionamiento de policías, fiscales y jueces.

¿Qué le pasa ahora a los diputados del FMLN? ¿Quieren quedar de inteligentes ante la ineficacia en el combate de la delincuencia de estos primeros meses de su gobierno? En vez de promover una legislación que mejore la institucionalidad de policía, fiscalía y judicatura, prefieren unirse a ARENA en la posición tradicional de este último partido que todo lo quería solucionar con leyes duras. Sólo falta que los productores de rumores de El Salvador, extraordinarios en inventar tonterías, digan ahora que tras la rumoreada alianza de Saca con Funes, se han unido con la misma pasión aliancista Medardo González y Cristiani para contrarrestarla.

La segunda confrontación, mucho menos mediática, es la que se produce entre partido y presidente en torno al regreso de Honduras a la institucionalidad latinoamericana en general. El Presidente Funes ha insistido recientemente en la inclusión de Honduras en todos los foros americanos. Su partido ha dicho, en un tono poco mediático, que no está de acuerdo con su presidente. Así como en el veto a la ampliación de penas tenía razón el Presidente, en el tema hondureño puede tener más razón el partido FMLN. Por supuesto es lógico que Honduras vuelva a los foros latinoamericanos.

Pero no incondicionalmente. Pepe Lobo ha premiado a militares como Romeo Vázquez, que encabezó el golpe de estado en Honduras, en favor de Micheletti. Le ha nombrado, nada menos que presidente de Hondutel, la telefónica estatal hondureña que rige las telecomunicaciones en Honduras. Una empresa estatal ligada tradicionalmente a la corrupción y al enriquecimiento ilegal que ahora se pone como premio en manos de un militar golpista e inescrupuloso.

Ante esta situación el Presidente Mauricio Funes debería pedir la inclusión de Honduras en la OEA y demás foros, pero poniéndole al menos la condición de llevar adelante y con seriedad el compromiso de establecer una Comisión de la Verdad que informe y sugiera medidas en torno a las violaciones constitucionales y de Derechos Humanos acontecidas desde Junio del año pasado hasta los primeros meses del gobierno de Pepe Lobo.

Las violaciones de la Constitución y de Derechos Humanos no pueden quedar en el olvido cada vez que se quiere llegar a la solución de un conflicto grave, como lo fue el hondureño. Y en este contexto, el FMLN hace muy bien en oponerse a la petición de Mauricio Funes, de reintegrar a Honduras a todos los foros, que públicamente aparece como incondicional.

Lo grave de todo este asunto es que ofrece públicamente un panorama de falta de diálogo entre el presidente y su propio partido. En este doble conflicto el presidente aparece fiel en cuestiones internas a la legislación democrática de El Salvador, y plegado en exceso en la política internacional, especialmente en el caso hondureño, a los intereses de Washington.

El FMLN por su parte aparece como más sensato en cuestiones de política exterior, aunque no sabemos exactamente su posición con respecto a Honduras, pero mete la pata hasta el fondo en un tema nacional, propiciando junto con ARENA la superación del veto presidencial al aumento de penas.

Ni el liderazgo del presidente puede convertirse en un vedetismo halagador de políticas ajenas a los intereses democráticos centroamericanos, ni la fuerza popular del partido FMLN puede seguir al vedetismo de unos cuantos diputados del partido que manipulan a sus compañeros y se enfrentan sin diálogo con el presidente Funes.

Si el FMLN quiere convertir su gobierno en éxito político duradero tiene que mantener un diálogo interno mucho mayor que el que hasta ahora está teniendo. Los criminales, los gringos y Pepe Lobo deben estar encantados ante la división partido-gobierno en El Salvador.

Los criminales porque una confrontación en el seno del partido en el poder le quita al gobierno capacidad real de enfrentar la criminalidad. Los gringos, porque tienen ya un adalid en la política internacional que le ayude en la solución fácil del problema hondureño. Y Pepe Lobo porque puede seguir premiando a corruptos y sepultando una vez más en la impunidad serias violaciones de Derechos Humanos.

El problema está en que complacer a criminales, a políticas imperiales y a corruptos no conduce ni al prestigio personal ni al buen gobierno de El Salvador. Y la gente que votó al FMLN quiere un gobierno exitoso, con capacidad de diálogo interno y externo y con racionalidad crítica frente a la realidad. Decepcionar a sus votantes es la mejor manera de convertir el gobierno del cambio en el gobierno del continuismo.

Ciertamente ARENA hubiera apoyado a Pepe Lobo incondicionalmente y hubiera aumentado las penas lo más posible si estuviera en el poder. Y además no se hubiera peleado internamente por esas cuestiones. Si las cosas salieran de ese modo no hay duda que el FMLN nos estaría ofreciendo un continuismo de peor calidad que el de ARENA. Porque al menos ARENA haría lo mismo pero sin pleito interno visible. Dialogar más entre sí es un reto que, así como van las cosas, se vuelto clave tanto para el Gobierno como para el partido FMLN. Ojalá no tenga que esperar el FMLN a las elecciones de diputados para darse cuenta de ello.

CUANDO TODO SE RELATIVIZA

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Salvadoreños y ciudadanos de otros países hemos venido observando no sin alguna sorpresa cómo los partidos se conducen, cuando son de gobierno y cuando son de oposición. Cambian sus reglas a la conveniencia del momento. A veces con la bendición de sectores empresariales, intelectuales, militares y religiosos.

En una ocasión una señora, en un balneario, se escandalizaba a toda voz por la corrupción de los pescados (demócratas cristianos), a lo que yo le hice la siguiente pregunta, ¿y qué puede comentar de la corrupción de los areneros? Y –le agregué– ¿qué diferencia hay entre una y otra? Ella, con total desenfado, me contestó: “Hay una pequeña diferencia. Los areneros son mis muchachos, los pescados no lo son”.

En un suplemento de LA PRENSA GRÁFICA del domingo 7 de marzo de 2010, el caricaturista Kurt Westergaard, nos dice: “Esa frase que dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza (parece que) tendría que ser a la inversa: el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza”.

Hace un tiempo le pregunté a un sacerdote católico acerca de si estaban ellos preocupados de la deserción de católicos hacia otras denominaciones cristianas, a lo que él me contestó que sí les preocupaba eso, pero que les preocupaban más aun los que se quedaban diciendo que eran católicos, pero que eran “católicos a su manera”. Lo mismo podrían decir los religiosos de las demás confesiones.

Los mecanismos racionales dan para todos los gustos y, aun basados en el más riguroso método científico, del cual se ufanan los ilustrados y los académicos, se puede llegar, con su utilización, a mentiras de bulto.

No se trata de llegar a idealismos, ni a absolutismos morales, con la ayuda de las cuales se llegó en un pasado remoto al extremo de crear catálogos de virtudes y de pecados, con especificidades y sentencias exageradas y ridículas. Esto tampoco conduciría a algo sano y armonioso.

Pero, lo que estamos viendo no es nada sano ni aleccionador. Y después nos quejamos del descalabro de la juventud y de la falta de valores, pero pasando por alto el pésimo ejemplo que los adultos les estamos heredando con ese relativismo moral, el cual ha facilitado alianzas chocantes en función mayormente de la aritmética legislativa y de las próximas elecciones. ¿Pragmatismo?

En tal ambiente el poder se vuelve un objetivo per se y no un medio. En ese ambiente se sabotean principios y valores y después nos quejamos de sus ausencias, en los ambientes juveniles.

Un profesional que se sometió hace años a una elección de segundo grado me decía que en su vida volvería a exponerse de esa manera. Que en el proceso le violaron su vida privada e intimidades, ¡y para nada! Yo comenté esto con un ex presidente del Órgano Legislativo. Él me dijo que con la profundización de los mecanismos democráticos el criterio para las elecciones de segundo grado ya no era “capacidad” sino ”potabilidad”. En consecuencia, los candidatos con más probabilidades para optar a esos cargos eran los más potables a todos o casi todos los partidos. De ahí el proceso de selección.

Hemos observado otro fenómeno derivado, la mediocridad. Estamos viendo y aceptando esta evolución de los hechos y después nos quejamos de que las instituciones no funcionan. ¿Por qué tal resultado? Sencillamente porque los funcionarios así elegidos quieren quedar bien con todos sus electores (partidos) y entonces no hacen lo que les tocaría hacer dentro de las potestades que la ley les confiere.

Estas personas tienen que ser cuestionadas por el sistema mediático cuando no cumplen sus cometidos. Si no, vamos a la bancarrota social.

*Escrito por Roberto Mendoza Sol / Colaborador de LA PRENSA GRÁFICA

MAQUIVELISMO CONTEMPORANEO, CAMBIO Y REALIDAD

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En el contexto de la Italia del Siglo XVI, el filósofo Nicolás Maquiavelo escribe, en el año 1513, su más importante obra publicada en 1532: El Príncipe. Con esta obra se revoluciona la Ciencia Política de la época; pero, a través de los tiempos, el maquiavelismo se fortalece como una filosofía adoptada, principalmente por los gobernantes de los Estados en crisis. En El Salvador, con el triunfo electoral obtenido por el principal partido de oposición, Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que desde 1994 venía saboreando la derrota, y que el 15 de marzo de 2009 conquistara la administración del Estado, se abre una nueva página de nuestra historia, y la probabilidad de cumplir con las promesas de campaña, metidas todas en un solo saco etiquetado con la frase: GOBIERNO DEL CAMBIO.

En realidad, siete meses de un nuevo gobierno, son muy pocos para transformar las injustas estructuras de poder organizadas por los gobiernos neoliberales de hace más de dos décadas; sin embargo, las bases del gobierno del cambio debieron haberse creado ya, elaborando y socializando los indicios del rumbo a seguir; los temas prioritarios como la hambruna que sufren cientos de comunidades rurales, debió atacarse frontalmente, desde el primer día del nuevo gobierno; la violencia estructural; el crimen organizado; la delincuencia común; la corrupción; la evasión y elusión de impuestos; etc. son temas que no deberían, después de más de un semestre de una nueva administración pública, seguir durmiendo el sueño de los justos.

Al menos, el pueblo salvadoreño debería conocer las políticas de Estado, estrategias, planes, programas y proyectos diseñados para que funcione el gobierno del cambio. En este nuevo escenario, muchos ciudadanos comunes, constantemente nos interrogamos: puede concretarse un gobierno del cambio, dentro de un modelo neoliberal? Podrá la nueva administración de la cosa pública, marcar la diferencia con las administraciones anteriores, teniendo como asesores a funcionarios de los gobiernos de Saca, Flores, Calderón, Cristiani y hasta de Duarte? O será que el Soberano Pueblo eligió un GOBIERNO DEL CAMBIO O tsn sólo un CAMBIO DE GOBIERNO? Si alguien tiene respuestas a estas interrogantes, sin entrar en el dialéctico debate del cambio en constante cambio, ansioso el pueblo las espera.

La realidad que nos envilece sigue asechando nuestras vidas: dolarización, presas y represas, explotación minera, contaminación ambiental, asesinatos, extorsiones, desempleo, alto costo de la vida, migración forzada, marginalidad, pobreza extrema, ley de amnistía, privatización de servicios básicos, etc.etc. Pero, acaso para construir la hazaña del 15 de marzo, el pueblo no puso su cuota de sacrificio voluntario, entrega, resistencia y heroísmo? Qué reclamos nos haría ahora Feliciano Ama, Anastasio Aquino, Farabundo Martí, Mélida Anaya Montes, Roque Dalton, Rutilio Grande, Arnulfo Romero, Schafik Handal, y todos aquellos héroes y heroínas de la patria que cayeron abrazando la utopía de instaurar en El Salvador, un gobierno democrático popular?

Maquiavelo, al referirse a las repúblicas como una forma de organización del Estado, claramente atinaba que éstas no siempre habían existido, al igual que los principados; es decir, las repúblicas son conceptos abstractos que sólo existen en la imaginación socialmente construida en los seres humanos como sujetos históricos. De ahí que cada persona tiene su propio concepto de lo que podría ser una república; lo mismo ocurre con los principados: el Príncipe existe en la medida que alguien lo reconoce el súbdito. Un presidente existe en la medida que haya un presidido; un patrono, si hay un asalariado; un representante, si alguien es representado, etc. Es en esta dinámica social en la que la filosofía maquiavélica se encarna y merodea nuestra vida cotidiana.

El autor de la famosa frase “el fin justifica los medios”, sigue más vivo que nunca en estos tiempos de angustia que vive el pueblo salvadoreño. Es claro que toda persona honrada, honesta, moralista y con firmes principios éticos, fracasa constantemente, en tanto que el resto de personas que le rodean, no lo sean. Sólo para puntear una arista de la realidad que se vive en esta nueva coyuntura, en el sistema educativo salvadoreño, los nuevos titulares del ramo de Educación han expresado su voluntad y compromiso de transformar el actual Sistema Educativo; pero, para hacer realidad esta aspiración necesitan el respaldo del Magisterio Nacional que se identifica con ese compromiso. Además, requieren de la colaboración de las estructuras departamentales de educación. En estas estructuras se crean los cuellos de botella, debido al uso de argucias y a la audacia de las representaciones de la derecha maquiavélica, capaz de seducir (con besos judaicos, con abrazos o con lo que $ea) a cualquiera, a cambio de asegurar su objetivo político, su seguridad y su propio bienestar.

Al interior de muchas de estas departamentales de educación, se desarrolla una silenciosa disputa por el control del dominio en la administración; en algunas de ellas, la derecha ha recuperado el control, sin mayores esfuerzos; tales son los casos de Sonsonate y La Libertad. En las gestiones de estas dos estructuras "educativas", particularmente, más allá del discurso o retórica panfletaria, del método de la persuasión sobre la verdad, no existe un código de ética y sobreviene la infamia, la calumnia, la institucionalidad prostituida, los procesos viciados, etc. son los elementos que les caracterizan y que forman parte de los ejes estratégicos que impulsan los mismos grupos de poder que han gobernado en las últimas décadas esos aparatos que deben ser de Estado. Ellos muy bien saben que si practican las virtudes, los valores, eliminan los dobles discursos, etc. estarían construyendo su propia ruina y cavando la tumba para su cadáver político.

Los desmanes generados al interior de estas instituciones secuestradas, se están exportando hacia los elementos micros del sistema: los Centros Educativos, los organismos de administración, los Consejos de Maestros, alumnado y, el aula. Cada uno de estos personajes que dice dirigir la departamental de educación, pierde gran parte de su tiempo en campañas de promoción personal, y en maniobras que generan problemas que van, desde los más simples, a los más complejos y ha perdido todo espíritu de formación y actualización profesional para enfrentar los desafíos que representa el ejercicio del cargo. Con esa caracterización de actuares, no cabe duda que son los peones por excelencia, los caballos de Troya que la habilidosa derecha necesita para recuperar, en las próximas elecciones, el poder perdido.

*por Rafael Zelada para el blog El Trompudo

EL GOBIERNO DE LA INCERTIDUMBRE

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*por Gabriel Gutierrez Gallardo para MedioLleno

El “Gobierno del cambio” fue la expresión que llevó al poder a Mauricio Funes y al FMLN.  Lema que logró atraer un seguimiento de masas, pero que generó también grandes expectativas. Estas promesas al no ser cumplidas, comienzan a defraudar a la población salvadoreña. Si bien el presidente goza de una tasa de popularidad bastante elevada, poco se ha visto del llamado “cambio,” y pareciera que el apoyo comienza a tambalearse.

En realidad, las tasas de aprobación del actual gobierno comienzan a erosionarse porque los salvadoreños tienen un sentimiento de incertidumbre ante las indecisiones del Ejecutivo, proyectadas en varios aspectos. Primero, porque no se sabe quién manda, ¿el FMLN o Funes? Aunque prefiero no profundizar en este debate porque suficiente se ha hablado en los medios nacionales, y no existe una respuesta tajante. Lo que sí está claro es que la simple existencia del debate habla por si solo y crea un sentimiento de desconfianza en la población.

Además, aparte de esta dicotomía, hay otras cuestiones alarmantes que provocan incertidumbre. Los primeros indicios de la indecisión del Gobierno se percibieron a la hora de escoger los ministros antes de la toma de posesión y hubo mucha discusión  en torno a la supuesta carencia de efectivos. El Presidente se vio en una gran dificultad para definir la totalidad del Gabinete y nombró a las últimas figuras pocas horas antes de asumir el poder.

Hoy, luego de nueve meses de rodaje, pareciera que el Gobierno todavía se cree en el primer mes: no hay ninguna línea directora de política nacional y siguen creando discursos y debates. Los salvadoreños están a la espera de un plan quinquenal en el cual se establezcan las grandes apuestas, objetivos y metas para los siguientes cinco años. No sólo los grandes inversionistas quieren conocer las líneas conductoras de una política que les dé seguridad jurídica y estabilidad económica, sino también las micro y pequeñas empresas esperan medidas que las protejan de la extorsión, el chantaje y la violencia.

Es justamente en el tema de la inseguridad donde el Gobierno se ve desbordado. El presidente ha atacado con parches y discursos este problema que azota a los salvadoreños: parches porque el hecho de sacar a la Fuerza Armada no es más que eso, y discursos porque sólo se ha contentado con decir que existe un Plan de seguridad. Pero, ¿adónde está el informe que muestra que el órgano castrense ha disminuido, o no, la violencia? ¿Adónde está el Plan de Seguridad que se anunció hace un mes? Es comprensible que no se quiera divulgar el plan para no alertar a los criminales, el problema es que no sólo se esconde este plan, sino que no se divulga nada concreto en ningún aspecto de la política nacional. A un Gobierno transparente se le dejaría el beneficio de la duda, pero es difícil creer en una administración obscura que carece de comunicación.

Según algunos, esta lentitud a la hora de la toma de decisiones se puede explicar por el célebre lema “sin prisa pero sin pausas.” No obstante, el Ejecutivo parece trabajar “sin prisa y con pausas.” Los ejemplos de indecisión abundan, siendo la economía y la inseguridad los temas faros. El hecho de nombrar al embajador en Estados Unidos, quizá el embajador más importante, nueve meses después de la toma de posesión es prueba de una alarmante falta de planeación. Además, Cancillería mostró una falta de conocimiento del protocolo diplomático ya que no se suele ascender al puesto de embajador a alguien que estaba trabajando en la misma sede, en este caso ascendiendo al Encargado de Negocios. Todo indica que la decisión tiene fundamentos ya que se ha nombrado a alguien con las credenciales necesarias, pero se pudo haber tomado antes y respetando las costumbres diplomáticas. Luego, hasta en el ámbito de la cultura se ve una anarquía ya que con la destitución de Breni Cuenca se dejó a la Secretaría de la Cultura en total acefalía durante un mes.

El problema de este Gobierno es que no existe una coherencia estructural, no dice hacia donde se dirige. Si el Gobierno definiera su ruta, los salvadoreños decidirían si lo siguen o no, si lo apoyan o lo critican. En definitiva, la falta de rumbo es desgraciadamente la constante de la actual administración. En lugar del Gobierno del cambio, es más bien la incertidumbre quién gobierna

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