Los femicidios son la máxima expresión de la violencia a la que diario se someten las mujeres. El Salvador está entre los primeros tres países de Centroamérica donde más mujeres son asesinadas
Este 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, sin embargo, “Lupe” no estará para conmemorar ese día tan especial.
Una joven de aproximadamente 25 años de edad, a quien llamaremos Lupe, fue encontrada envuelta en una manta azul dentro de un barril atada de pies y manos con una cuerda, el pasado 18 de febrero a eso de las 5:30 de la mañana en la calle El Progreso, en Mejicanos, al Norte de San Salvador.
Según declaraciones de la Policía Nacional Civil (PNC), la joven mujer habría sido estrangulada, puesto que alrededor de su cuello tenía un cable negro.
Esta es la cruel realidad a la que cada día dos mujeres salvadoreñas son expuestas. De acuerdo a un monitoreo realizado por el Instituto de Estudios de la Mujer “Norma Virginia Guirola de Herrera” (Cemujer), cada día en El Salvador dos mujeres son asesinadas.
Aunque los homicidios de mujeres representan únicamente el 10% del total de asesinatos que ocurren en el país, según el informe, “las tasas de asesinatos de mujeres se mueven más rápido que la de los hombres”, señaló a ContraPunto, Morena Herrera, integrante del colectivo feminista Casa de Todas.
El primer informe nacional sobre la situación de violencia contra las mujeres en El Salvador, presentado en noviembre de 2009 por el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (Isdemu), refleja que entre 2008 y 2009 (del 1 de enero al 21 de octubre, de ambos años) el número de asesinatos de mujeres aumentó el 83.79%; al pasar de 253 a 465, mientras que el de los hombres creció 35.76%, subiendo de 2,259 a 3,067.
“Empezamos a ver que esto se ha duplicado en un corto tiempo, pero seguimos viendo indiferencia por parte las autoridades de seguridad pública y por parte del gabinete de Seguridad”, expresó Ima Guirola, de Cemujer.
De acuerdo al estudio “Femicidio en Centroamérica”, El Salvador está entre los países de la región con mayor tasa de homicidios de mujeres.
Según dicho estudio, con datos de 2000-2006, en la mayoría de países de la región se registraron de dos a cuatro homicidios por cada 100.000 mujeres, salvo en Guatemala donde asesinan 10 mujeres por cada 100.000 mujeres; mientras en El Salvador son seis por igual cantidad de mujeres.
La mayoría de asesinatos de mujeres se da por razones de género, convirtiéndose así en femicidios. Y cuando las autoridades estatales contribuyen para que estos continúen impunes o entorpecen las investigaciones, entonces se les denomina feminicidio.
La cruda realidad de ser mujer
El asesinato de una mujer, como el de la joven que encontraron dentro del barril corroído, es la máxima expresión de la violencia de género a la cual están expuestas las mujeres. Existen muchos tipos de violencia que se consideran como “natural” en esta sociedad salvadoreña que está organizada de tal manera que los hombres pueden ejercer cierto dominio sobre las mujeres.
Violencia contra la mujer es “cualquier acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado”, define la Convención de Belem do Pará, de junio de 1994.
“Las mujeres ocupamos un papel secundario en la sociedad y se atiende menos la violencia que vivimos porque se naturaliza”, dijo Herrera.
De acuerdo Herrera los homicidios de mujeres o femicidios responden a una cadena que se está incrementando y que no se mira; como es la violencia intrafamiliar, el abuso sexual, violaciones sexuales contra las niñas, entre otras violaciones.
“Se mira solo la punta (asesinatos) pero hay una cadena de hechos violentos contra mujeres que no se están viendo”, sentenció.
Si bien la cifra de asesinatos numéricamente no es mayor a la de los hombres, existen muchos expresiones de violencia contra las mujeres que van en aumento, las cuales de no ser tratadas a tiempo podrían llegar hasta la muerte.
De los 742 homicidios registrados entre enero y febrero de este año, 103 corresponden a mujeres, de acuerdo a datos de la PNC.
El informe del Isdemu presentado en noviembre de 2009 sostiene que las mujeres continúan siendo las más agredidas sexualmente, ya que en 2008 de los 4,589 casos registrados el 89.78% fueron mujeres.
Además evidencia que la mayoría de violaciones sexuales son cometidas por familiares (padre, madre, hermano, tío, abuelo, esposo) y personas conocidas (compañeros de trabajo, de estudio, jefe).
De las 2,302 violaciones cometidas en 2008; 2,111 fueron cometidas contra mujeres y 191 contra hombres. De esas 2,111 un total de 964 fue llevado a cabo por familiares; 641 por conocidos y 506 por desconocidos.
También el informe del Isdemu indica que de enero a septiembre de 2009 dicha institución atendió a 822 por agresión sexual; 2,024 por maltrato a la niñez y 5,069 por violencia intrafamiliar, dentro de su Programa de Saneamiento de la Relación Familiar, que atiende tanto a mujeres adultas como a niñas, y a familias en su conjunto.
Pero a partir de marzo se llamará Programa contra la Violencia de Género, y ya no sólo atenderá los casos de violencia intrafamiliar sino todos los casos de violencia contra las mujeres, informó la directora ejecutiva del Isdemu, Julia Evelin Martínez.
Sin nadie que las respalde
Una investigación presentada el 30 de noviembre de 2009, denominada “El Femicidio en El Salvador: estudio de casos”, sostiene que en este país el femicidio o feminicidio no están tipificados en el Código Penal. Ni siquiera son reconocidos formalmente por las instancias públicas como hechos específicos derivados de las violencias contra las mujeres por razones de género.
Ni se reconocen, ni se ven, ni cuentan con políticas o leyes específicas para su atención, prevención o sanción, enfatiza el informe, elaborado por Ana Landa y Morena Herrera de la Casa de Todas.
Al mismo tiempo dicho estudio señala que a pesar de que el 25 de noviembre de 1994 fue declarado oficialmente Día de la No Violencia Hacia las Mujeres, mediante Decreto Legislativo, no existe en el país una ley específica contra la violencia de género, sino una Ley de Violencia Intrafamiliar aprobada en 1996, que circunscribe la violencia de género al ámbito doméstico y que es a todas luces insuficiente para abordar este grave problema.
A pesar de esta cruda realidad, la Directora Ejecutiva del Isdemu, Julia Evelin Martínez, sostiene que con la nueva administración que asumió a partir del 1 de junio, con la llegada del nuevo presidente Mauricio Funes, se está tratando de reorientar el trabajo que hasta el momento se había realizado entorno a esta problemática.
“Estamos apoyando a la Asamblea Legislativa en la formación y redacción de una ley integral contra la violencia hacia las mujeres, que tiene tres momentos: prevenirla, sancionar, pero también erradicarla”, indicó Martínez.
Según la funcionaria, la elaboración de dicha ley ya está en su etapa final. “Esperamos que el 25 de marzo se pueda aprobar”, señaló.
Además añadió que ya se firmó un convenio de cooperación con la PNC y otro con la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP), para que el Isdemu brinde asistencia técnica en la formación de los y las policías para que conozcan sobre las modalidades específicas de violencia que sufren las mujeres, cómo debe de recibir los casos, recoger las pruebas, entre otras cosas.
“Esto ya se está traduciendo puesto que la política de seguridad que se ha anunciado – hace dos semanas- ya considera medidas o acciones específicas en materia de violencia contra las mujeres”, expresó Martínez.
Sin embargo, organizaciones de mujeres como Cemujer y la Casa de Todas consideran que aún el Estado sigue sin dar la respuesta necesaria a la problemática de femicidios y violencia de género.
Herrera sostuvo “no se está atendiendo de forma clara la violencia contra las mujeres, hace falta una mayor atención. Me parece que no le están poniendo el interés y la visión que necesita”.
Mientras que Guirola, de Cemujer, afirmó que “no se están dando las respuestas, ni las que se esperaban, ni en una mínima cantidad” en referencia al actual plan de seguridad que lanzó el gobierno, debido a que considera que hay una total “desarticulación” en lo que les presentaron en privado a las organizaciones a lo que lanzaron.
“(Ese plan de seguridad) plantea que por enfoque de género va estar un grupo de mujeres policías poniendo multas de tránsito, entonces eso causa una inquietud muy grande; pero además se deja absolutamente de lado todas las propuestas y todas las demandas que hemos estado haciendo como organizaciones”, dijo Guirola.
Cómo contener esta problemática
Para Guirola lo importante para contrarrestar los femicidios y la violencia contra las mujeres “es tener una estrategia articulada porque las medidas aisladas tampoco van a llevar a hacer algo efectivo”.
Además detalló que es importante que reconozcan que existe el femicidio, y que se tomen medidas en el tema de la prevención.
“Para eso se necesita identificar la naturaleza de ese delito, y si está relacionado con un componente cultural patriarcal, machista, entonces debe atacar ese componente y eso implica otra serie de acciones más contundentes y directas”, dijo Guirola.
Por su parte Herrera expresó que lo más importante es actuar en toda la cadena de violencia contra las mujeres. Actuar en los primeros eslabones de la violencia.
“No seguir tolerando hechos de violencia sexual, acoso sexual, maltrato, o sea, actuar antes de que se den los femicidios”, afirmó Herrera.
“Para mí ahí está el papel fundamental del Estado, no digo que cuando ocurren no debe investigarse y sancionar por supuesto, pero a mí me parece que la principal es prevenir de forma eficaz”, sentenció.
Según Guirola, de los femicidios cometidos desde 1999 al 2009 en El Salvador, el 90% de los homicidas tenía algún vínculo sentimental con la víctima. También destacó que entre el 75% y 90% de las víctimas vivieron violencia intrafamiliar y sexual antes de ser asesinadas.
Por su parte Martínez sí reconoce que la problemática de los femicidios es una realidad, y que está afectando al 52% de la población.
“Queremos desde las políticas públicas tomarnos con toda seriedad esto; claro, desde el gobierno central no se puede hacer todo, pero queremos apoyarles en la capacitación de juezas, jueces, fiscales para que puedan recabar esas pruebas, judicializar correctamente esos procesos y sobre todo evitar que se queden en la impunidad. Porque la impunidad manda un mal mensaje a las mujeres”, expresó.
El sub director de investigaciones de la PNC, Augusto Cotto Castaneda, dijo a ContraPunto que ellos investigan los homicidios de mujeres como cualquier otro asesinato.
“No disponemos de una técnica especial para investigar los homicidios de mujeres”, detalló. En El Salvador el 80% de los crímenes quedan en la impunidad.
Mientras no se definan claramente las políticas a seguir en torno a la problemática de femicidios y violaciones contra la población femenina, diariamente más mujeres, como el caso de “Lupe”, seguirán perdiendo sus vidas; y lo que es peor muchas aún seguirán siendo acosadas, violadas y maltratadas si no se toman las medidas correctas e inmediatas.
*Magdalena Flores para ContraPunto