“Debemos advertir que un príncipe nunca debe hacer alianza con otro más poderoso que él para atacar a un tercero, a menos que sea absolutamente necesario, porque si el más fuerte vence, serás prisionero suyo.” (Nicolás Maquiavelo, “El Príncipe,” capítulo XXI, pág. 106.)
El gobierno del FMLN presidido por Mauricio Funes cumplirá nueve meses el próximo 1.º de marzo y es una historia de muchos fracasos y muy pocos aciertos. Los principales fracasos se gestan desde la alianza misma con el FMLN, la falta de alianzas que le permitieran tener una base propia de apoyo al presidente y la ineptitud de la gran mayoría de sus ministros y funcionarios principales en todos los campos que le competen al ejecutivo, además de la inexperiencia del mismo presidente Funes y su gran intolerancia y arrogancia que no le permite ver que necesita ayuda a “gritos”.
La gran popularidad del presidente Funes, en sus primeros meses de gobierno, ha estado basada en su enfrentamiento con los dirigentes del FMLN, personificados principalmente por el vicepresidente Sánchez Cerén y en la benevolencia de la población que comprende que recibió una situación complicada que era difícil resolverla en poco tiempo. Además del discurso, cada vez más trillado, de los 20 años de gobierno de ARENA.
En la medida que los meses han ido pasando, ha ido quedando claro que el presidente ha sido incapaz de enfrentar problemas que golpean a diario a todos los salvadoreños como el de la delincuencia y la inseguridad y el del fuerte desempleo producto de la incapacidad de enfrentar la crisis económica. También ha quedado claro que el FMLN tiene un plan muy bien definido del país comunista que quiere construir y que lo hará con o sin el consentimiento del presidente Funes.
Al no haber podido comprender rápidamente su posición de debilidad ante el FMLN, al no haber hecho alianzas con otros sectores de la sociedad que le hubieran permitido balancear el poder con el que ya contaba el FMLN, el presidente Funes parece haber aceptado que no le queda otro remedio, por convicción propia o por necesidad política, que ceder a las presiones y ambiciones políticas y económicas de la dirigencia del FMLN.
Hoy vemos como el vicepresidente viaja por todo el mundo comunista, como si fuera el canciller de la República y fortalece los lazos políticos, de seguridad y financieros del FMLN con el presidente Chávez de Venezuela y Castro de Cuba, mientras el presidente Funes invita al presidente Lula, de Brasil, antes que salga del poder, para tratar de revitalizar una imagen menos ortodoxa y pragmática, pero que en el “territorio” no representa nada.
El FMLN controla todos los ministerios “territoriales” como el de educación, salud, obras públicas, seguridad, gobernación, policía, medio ambiente, Organismo de Inteligencia del Estado, y otros con los que viene desarrollando una fuerte labor de construcción del comunismo que siempre quisieron implantar en el país.
El presidente, por el otro lado, se ha quedado con todos los ministerios del área económica, con ministros que eran la esperanza de muchos, pero que a la larga han demostrado que no tienen capacidad para generar la confianza que se requiere para que el país salga de la gran recesión en la que continúa sumido al día de hoy. Los mensajes de los ministros de Economía, de Hacienda y del secretario técnico han sido tan negativos que el país seguirá en recesión mientras otros países de la región comienzan a salir de su recesión.
La población irá despertando poco a poco al ver que otros países van resolviendo sus problemas mientras El Salvador se sumerge en una grave crisis política, de seguridad y económica, llevando al presidente a refugiarse en Casa Presidencial, a que caiga fuertemente su popularidad, como le ha ocurrido a Obama y eso permitirá al FMLN obtener más poder y prepararse de una mejor forma para las elecciones del 2012. Esto es lo peor que le puede pasar al presidente Funes y al país.
Ante este panorama, la inexistencia de una oposición política y la ingenuidad de muchos grupos de poder nacionales, ¿qué podemos hacer y qué debemos hacer los que no queremos el comunismo en nuestra patria? Eso lo conversaremos la próxima semana en este mismo espacio.
*por Luis Membreño para LPG