En el tablero social si las burguesías de derecha y centroizquierda juegan a la dama siguiendo sus tradicionales reglas y tácticas, los socialistas juegan el ajedrez que tiene otras estrategias y objetivos.
El significado de izquierda en política sólo se puede conocer por su programa y sus actos. En esta época lo común es el enfrentamiento electoral por el manejo del estado entre dos fuerzas de derecha. Para hacer creer a los ciudadanos que deciden algo muy importante, los centros ideológicos burgueses y sus medios de comunicación las presentan como alternativas antagónicas que califican como derecha y centroizquierda. Así sucede en Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Italia, España, Alemania, Japón, Suecia, Brasil, México, Argentina, Uruguay, Chile…
Ambas fracciones concuerdan en el capitalismo, la dependencia del imperio norteamericano, el poder fáctico de los ricos, la sociedad de castas, el estado comprometido con este único ordenamiento, las elecciones libres y periódicas con el mecanismo de golpe de estado/dictadura si un resultado pone en peligro la continuidad de la explotación empresarial.
Este común interés fundamental permite alianzas y explica que políticos de un bando pasen al otro con el argumento de la unidad nacional.
Sin embargo disputan agresivamente. Lo hacen por cargos, dignidades, influencias que permiten ganar dinero, orígenes sociales, símbolos, lenguajes, historias.
La opción verdaderamente opuesta a la derecha es el socialismo solidario y sustentable. Está en el poder únicamente en Cuba. Propuesta de justicia y mejoramiento popular considerando el decrecimiento que impone la crisis estructural del capitalismo (por la imposibilidad del crecimiento económico indefinido, el cambio climático, la inestabilidad financiera, el agotamiento de recursos naturales, la escasez de agua y tierras de cultivo, etc.). La política que significa igualdad, humanismo, propiedad social, economía planificada, seguridad para todos los seres vivos.
Es el proyecto de civilización combatido por ambas derechas en los procesos proclamados en Venezuela, Bolivia, Ecuador y en todo el mundo en sus impulsores individuales o colectivos.
En el tablero social si las burguesías de derecha y centroizquierda juegan a la dama siguiendo sus tradicionales reglas y tácticas, los socialistas juegan el ajedrez que tiene otras estrategias y objetivos.
Es más difícil la tarea del socialismo porque la mayoría de la humanidad no lo desea hoy pero la ciencia indica que es vital para el futuro. La ciudadanía en general busca el consumismo publicitado por los mercaderes (auto, ropa de marca, alimento a placer, viajes, renovación de casa y bienes…) sin saber o aceptar que el modo de producir y consumir capitalista empuja a sus hijos y nietos a una realidad insostenible de caos y muerte, antesala posible del fascismo.
No hay ninguna posibilidad que el socialismo apoye esa destrucción a cambio de votos. No tiene otra vía que enarbolar la vida comunitaria, el consumo material racional, la riqueza en la cultura.
Los triunfos electorales globales seguirán siendo por un tiempo para las dos derechas. El socialismo debe proyectar, propagar, organizar desde el valor de ser minoría por muchos años. Los revolucionarios no pueden mentir.
*por Rómulo Pardo Silva (romulo.pardo@gmail.com) para Diario CoLatino