En teoría política se enseña que la cultura es una esfera de la seguridad del estado. Esto fue así durante la guerra fría. La CIA estaba empecinada por imponer el dinamismo del arte moderno, y el KGB potenciaba el “soc-art”.
Hay una leyenda negra que se pretende instalar desde el discurso de la izquierda pro cubana en el país: la derecha en 20 años no ha hecho nada por la cultura y las artes nacionales. En honor a la verdad la derecha lo que simplemente hizo fue ser coherente al discurso predominante desde su óptica económica: el Estado no debe intervenir en la cultura, debido esto a que según la OMC este bien público nacional pertenece a la esfera del libre comercio y de allí que el Estado deba dejar que se potencie y desarrolle el mismo.
Hasta allí el debate estaba servido para ser contrarrestado desde la izquierda, que bien podría buscar entre los paradigmas actuales: el socialismo del siglo XXI o el desarrollismo; la propuesta de sus políticas culturales para el país. Parece estar quedando al descubierto la imposición de las aritméticas culturales entre la intención de una facción del FMLN de extrapolar la forma cubana de hacer de la política cultural un medio para la politiquería, y la resistencia del presidente Mauricio Funes a este plan.
Relación de los hechos
Breni Cuenca es destituida de la Secretaría de Cultura, con background que recuerda un episodio de la vecindad del Chavo del 8. En una entrevista que sostuve con la presidenta del sindicato de trabajadores de la cultura me manifestaba el malestar del gobierno Funes, por el viaje de la doctora Cuenca a Cuba, incluso llego a decirme que este fue llevado a cabo sin fondos del Estado, es decir se pagó ella misma el viaje. La presidenta de SITRASEC, fue más allá al decirme que personeros del FMLN habían solicitado al sindicato no llevar a cabo protestas contra la doctora Cuenca, ya que la consideraban miembro del partido.
Días recientes ocurrió algo que me hace trastocar una línea de un poema de Miguel Hernández: debate cultural ayer se llamó, hoy polvo es. Álvaro Darío Lara conductor del programa antes mencionado, que se transmite por canal 10 de televisión hizo circular un correo electrónico donde, entre otras cosas decía: El pasado miércoles 24 de febrero, recibí una llamada telefónica del actual Jefe de Producción de Canal 10, David Méndez, informándome de la decisión de reducir un programa a grabarse el día jueves 25 del corriente, de 57 minutos (tiempo real de “Debate Cultural”) a 15 minutos.
El programa tenía como tema la presentación de los libros: “Reflexiones de Fidel Castro” y “Fidel Castro, antología mínima”, publicados por Ocean-Sur y editados por el doctor Javier Salado Villacín, cubano, filósofo, periodista y editor, de visita en nuestro país, miembro del equipo editorial de Ocean Sur e invitado por el Centro Cultural “Nuestra América”.
Planteado así uno no puede menos que condenar de entrada al presente gobierno por ejercer censura a un visitante, de un país amigo de El Salvador. Incluso me gusta esta comparación que Darío Lara realiza: Desde mi llegada a Canal 10 (12 de diciembre de 2003) jamás un gobierno de ARENA, se atrevió a censurar ninguna transmisión de “Debate Cultural”, a pesar del tono cada vez más crítico, que el espacio adoptó, sobre todo en los últimos tres años de la administración Saca. Más adelante finalizará sosteniendo: “Debate Cultural” continuó al aire, pese a divergir en sus enfoques y contenidos, con la política oficial de derecha.
Si me permiten amigos, modificaré una frase de Fidel Castro: gracias Álvaro Lara por absolver a la derecha. Y créalo que viniendo de su parte, un visceral hacedor de diatribas contra la derecha, misma que le había dado trabajo sin pedirle que se pusiera una camiseta de ARENA, pero con la cual tuvo que coquetear para lograrlo; la absolución me genera pena.
De cómo la intelectualidad de un país muta a: guanaxia irredenta
Lara sostiene que: se irrespetó, ninguneó y abochornó a un intelectual cubano (y por consiguiente a una nación con la cual el Estado salvadoreño ha restablecido relaciones diplomáticas). ¿Quienes son los aludidos aquí?: el centro cultural Nuestra América es un organismo cultural a fin al FMLN, lo cual no es malo. Y ocean sur es una editorial comunista que tiene filiales en México, Cuba, Venezuela, y ahora en El Salvador, no veo igualmente dentro del pluralismo de las ideas, nada malo que esta editorial se establezca en el país.
Pero sí es bueno tener claro para donde apuntan. Y finalmente ¿quien es el doctor Javier Salado Villacín, cubano, filósofo, periodista y editor? O El coronel Francisco Javier Salado Villacín quien al parecer trabaja para el Departamento. M-IX (medidas Activas) de la Dirección de Información, y que esa oficina es la encargada de utilizar fuentes informativas tales como profesores, escritores, catedráticos, congresistas, senadores y cualquier otra persona con acceso a los medios de información masiva para desarrollar “medidas activas” que respondiendo a los intereses de la Dirección de Inteligencia cree un efecto en un determinado publico o segmento social a favor de Cuba.
Digo lo que no hago, hago lo que no digo: ¡ese es el dilema!
¿Sabe nuestro promotor cultural Álvaro Darío Lara esta situación, o simplemente cayó como un ingenuo, frente a un evidente plan cubano en anuencia con una facción del FMLN para moldear la opinión pública para el avance del socialismo del siglo XXI en país? desde hace tiempo se sabe que: el artista comprometido solo le es útil a la política, no al arte.
Cuba no es un modelo en donde el arte ejerza la función de descubrimiento e invención. Allá la cultura y las artes responden al viejo esquema del realismo socialista; que ha demostrado ser, y aceptado dentro de la crítica del arte, con las mismas fuerzas en que se enterró al neo liberalismo, un castrante artístico más que un potenciador de la creatividad. Y como el mismo Fidel Castro ha dicho: Cuba tiene sus propios caminos, El Salvador deberá consecuentemente buscar los suyos. Esto, amigos, incluye la cultura.
De Cuba podemos aprender que se puede hacer mucho con poco. Pero de allí a imitar el modelo cubano, solo nos conducirá a hacer mal las cosas aquí, por muy buenas que se vean allá. Pero es que hasta en cuestiones técnicas puede que ellos necesiten una sacudida, debido esto a la ataraxia a la que la revolución ha llevado al pueblo cubano. ¿Pero si de ser cómplice se trata, de un plan que no se lo puede uno, decir ni uno mismo y ser un peón con ganancias personales? Pues que no sorprenda que canal 10 de televisión como muy élegamente lo ha aclarado, pensaba despedirlo: que se habían comenzado a realizar los primeros cambios dentro de la programación para buscar la mejora de los espacios de la televisora estatal, y que en este cambio Álvaro Lara ofrecía resistencias… pues no me cabe la menor duda de que renunciar para no ser despedido es como se diría desde el arte camp: “trate de cambiar al mundo”, ahora solo busco retirarme dignamente; fue lo mejor.
Corolario
A Debate Cultural - lo decíamos en una tarde con algunos conocidos- le había sucedido lo que a las personas importantes: son aburridas. Además pensábamos: esto parece ser un pleito de facciones, que se está llevando a las partes pudendas del cuerpo humano la cultura nacional. Buen espectáculo posmoderno nos brinda la izquierda, ya que no incluye final feliz, esto debido a su atormentado espíritu. ¿Yo? Como Torres Villarroel: todo es mentira, todo confusión, me río de todo, por que al fin miro los toros desde mi balcón.
*por Marvin Aguilar para La Página