El pastor evangélico William Chamagua compró una radioemisora y la puso al servicio del FMLN. Convirtió sus sermones en incendiarias arengas revolucionarias, y durante la pasada campaña electoral recorrió palmo a palmo el país pidiendo el voto para Mauricio Funes.
*por Geovani Galeas para LPG
Sus prédicas, que fusionan las reminiscencias heroicas y sacrificiales de la lucha guerrillera con el mesianismo cristiano y la utopía comunista, prendió muy pronto en las bases más radicales de la izquierda y entre los sectores empobrecidos y olvidados de las zonas rurales.
Al parecer, tanto la radio como el pastor fueron piezas claves en la victoria de la izquierda. Lo lógico entonces es que una y otro resultaran favorecidos de algún modo por el nuevo gobierno. Pero no ha sido así. Por el contrario, luego de un penoso periodo de asfixia financiera ahora ambos están al borde de la quiebra.
La historia tiene que ver con un gradual pero sostenido distanciamiento entre el presidente Funes y sus amigos y el pastor Chamagua y sus seguidores. Estos últimos comenzaron a denunciar que el estilo y el rumbo político del nuevo gobierno no eran suficientemente revolucionarios, y han terminado por calificarlo de manera abierta como vendido a la derecha y traidor al pueblo. En respuesta, el gobierno los excluyó de la pauta publicitaria.
Pero los reclamos del pastor Chamagua estaban dirigidos contra Mauricio Funes, no contra el FMLN. Por eso la radio podía sobrevivir apenas con la publicidad o los aportes voluntarios de pequeños empresarios, oenegés, hermanos lejanos y alcaldías con alguna vinculación con el partido.
Sin embargo, el pasado fin de semana la radio denunció que incluso esas últimas fuentes de financiamiento se estaban cerrando, y que al boicot financiero en su contra se habían sumado miembros de la cúpula del FMLN (Zoila Quijada, Benito Lara y Sigfrido Reyes entre otros), que según la denuncia habrían girado la orden de no apoyar las actividades del pastor Chamagua.
No sé cuántos sean los seguidores de este pastor, pero da la impresión que su peso cualitativo puede ser determinante en las próximas elecciones. Para ellos la radio es ya “la voz de los sin voz”, el pastor Chamagua es la nueva encarnación de Monseñor Romero, y Mauricio Funes es el nuevo traidor (“junto a Villalobos, los hermanos Galeas, Facundo, Ana Guadalupe”, y los mencionados dirigentes del FMLN, según las palabras literales del pastor Chamagua).
El dilema para el FMLN es que los seguidores del nuevo profeta aseguran ser la base misma del partido, y que exigen para ya, so pena de la abominación, que la Comisión Política defina si está con Mauricio Funes (y la oligarquía), o con William Chamagua (y el pueblo). El dilema, literalmente expresado en la radio, es que no quieren que el próximo candidato presidencial del FMLN sea Sigfrido Reyes, sino “el único hombre que en verdad ha estado con nosotros los pobres: nuestro pastor William Chamagua”.
Vaya dilema para el FMLN: o la certeza de ganar, aliándose a “un neoliberal que a la menor oportunidad se asocia al imperialismo yanky, a las transnacionales y a la oligarquía criolla”, o jugarse la posibilidad de una derrota histórica al apostarle a un mesías cuyos referentes declarados son el Che Guevara, Fidel Castro y Hugo Chávez, y que se ubica más a la izquierda que el partido mismo.
Respecto a este dilema, hasta ahora, los dirigentes del FMLN o guardan silencio o se hacen los bravos, pero en resumidas cuentas no han dicho nada. El problema es que el tiempo corre y “la voz de los sin voz” tiene un déficit mensual de más de diez mil dólares mensuales y tendrá que cerrar. Pero entonces el boicot será de las bases contra la dirigencia del partido.